El intendente electo Lucas Ghi asumirá 20 años después de la primera asunción de Martín Sabbatella. Y ésta asunción, como la otra, se presentará festiva.
El Gobierno de Lucas Ghi. Lo que parece una invitación más, la convocatoria de Lucas a los vecinos y vecinas de Morón, es el arranque del combate contra la “no política”.
El Presupuesto Participativo, las Audiencias Públicas contra las excepciones, la Banca Abierta, la Ordenanza de Distribución de Pauta Oficial fueron algunos de los formatos.
Este el primero punto que asoma de la figura de Lucas Ghi, el joven de la bicicleta: movilizar, concentrar, festejar, sentir. Tiene una raíz emotiva y por lo tanto simbólica. Se opone al software que intentó instalar Cambiemos y no pudo.
Esta falla del Gobierno de Cambiemos es grave. El contribuyente paga y sino paga, le aplican un juicio administrativo (tiene que cargar los costos de los honorarios de abogado que litiga contra él), más intereses, más punitorios. Ahora, cuando paga, no puede saber con precisión en qué se gasta su dinero.
Es un chiste el Estado Argentino en todos los niveles. Nacional, Provincial y Municipal. A la carga de exigencias para el contribuyente, hay un “hago lo que quiero” por el hecho de que fui electo del Estado, y se termina el debate.
Acá están las dos patas. Gestión y política. La gestión es una solución real, material, concreta ante un problema más allá de su escala. O sea puede que sea particular y masivo. La política tiene que ver con el diálogo con el otro y los planteos sociales de un destino común elaborado “entre todos”.
Este medio sabe más de lo que puede confirmar de manera oficial que es la manera más eficaz.
Ya se sabe y están confirmadas dos cosas: el jefe de la transición es Damián Aguilar. Y Daniel Larrache se metió sobre las cuentas municipales.
Esto no significa que serán funcionarios del próximo gobierno. Es la transición. Y de la transición saldrá un mundo de espectacularidad. A Nuevo Encuentro le gusta arrancar en quinta a fondo. O sea, presentar lo mejor que tiene y eso hará el día de la asunción.
La gestión y la política irán de la mando. Pero con dos líderes claros que se articularán. Ni chocarán ni se pisarán. Y caerán sobre los problemas de Morón de inmediato.